jueves, 17 de mayo de 2012

Relación simbiótica.

Cuando todo se me hace demasiado grande, siento el peso del techo sobre mi cabeza, las nubes caen en picado sobre mí, el sol quema mis retinas y la oscuridad me hace no encontrarme a mí misma, que mi cabeza me tortura y veo maldad en los ojos de todo el que me mira, cuando el reloj se pone en mi contra y las paredes se me juntan asfixiándome, que los escalones se me hacen eternos y mi propio cuerpo no me soporta, que mi cama es mi única aliada llevándome a un mundo en el que todo es posible. Entonces aparece él, y no es que todo cambie, porque los problemas no se van a ir, es simplemente que soy capaz de comprender que o lucho, o sólo podré ver esa sonrisa en sueños.

Él no hace que todo se vuelva más pequeño, eso es imposible, él... ¡Él me hace grande!

Te quiero Markos, y quiero que sepas que me enseñas a ver los árboles, no el bosque, normalmente no suelo declararte mis sentimientos, y creo que te lo mereces, porque cada día que paso contigo me haces sentir como una reina, me das vida.
Contigo no dejo de renacer.

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