Una mañana te despiertas y te das cuenta de que no vale la pena lamentarse.
No sabes cómo ha podido pasar pero en cuestión de horas ha cambiado tu forma de ver la vida, ya no sientes dolor, sientes rabia, pero ya no hay impotencia, eres fuerte y sabes que ya nada te afectará de la misma forma.
Gracias yayo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario