Todo estaba oscuro, el frío recorría todo mi cuerpo, mi corazón ya casi no latía, un nudo en la garganta me asfixiaba, me sentía vacía, sin motivación, sin esperanzas... Entonces alguien me dijo; -Pide, pide con toda tu alma ¿Quieres un coche? Pídelo, ¿Quieres una casa lujosa? Pídela, ¿Quieres amar y ser amada? No tienes más que pedirlo.-
Entonces esas palabras quedaron apartadas, jamás las olvidé, pero tampoco les presté la atención suficiente.
Cuando empecé a caer en manos de la locura recordé esas palabras, pedí, pedí una simple motivación.
La vida me la dio pocos días después, tiene nombre y apellidos y me hace sentir viva nuevamente.
Te quiero.
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