domingo, 4 de marzo de 2012

Un limón en el bolso.

Hace casi dos años tenía esta sensación cada mañana, la boca igual de pastosa, el mismo dolor en las articulaciones, me pitaban los oídos y estaba ronca perdida...
He echado esto tanto de menos, ahora lo entiendo, no sé qué me impulsó a alejarme de aquello que me hacía tan feliz...
Y lo que más echaba de menos, era despertarme y encontrar objetos absurdos que carecen de sentido en mi bolso.

Anoche pude haber caído, sucumbir en la tentación, pero fui capaz de frenar mis impulsos, fui dueña de mis instintos.

Estoy avanzando mucho.

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