martes, 21 de febrero de 2012

Humillación.

Fuiste dueño de cada milímetro de mi piel, lo que para mí significaba un paso hacia adelante entre nosotros, realmente era tu despedida.
La herida que creaste al marcharte con excusas baratas está cicatrizada, pero dejaste otra más, en mi orgullo, me siento humillada y utilizada, desangrándome por donde voy, gotas de sangre por toda la ciudad.


Ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos.

 

1 comentario:

  1. Esas heridas, son las que luego
    nos hacen saber valorar mejor las cosas...
    Y la misma que nos rompe esa magia de la
    primera vez..

    ;)

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